No queremos cumplir años para pasar a la historia, siempre quisimos cumplir con la historia mientras pasan los años.
El 15 de septiembre de 1973, en el Estadio Chile, tras un sangriento y cruel golpe de estado, Víctor Jara se encontraba retenido. Ya había sido torturado, días eternos de tortura que no minaron su moral, más bien al contrario, le llenaron de ánimo y razón.
Ese día, el 15 de septiembre, se supo que iban a liberar a dos de los 5000 retenidos. Víctor Jara pide papel y lápiz a Boris Navia y escribe, concentrado, sin parar, su último poema. Ese escrito es conocido con varios nombres “Estadio Chile” o “Somos 5000” e incluso otro nombre más: “Canto que mal me sales”.
Víctor preguntaba en ese poema ¿cuántos somos en total? Con verdadero espanto. “Canto, que mal me sales cuando tengo que cantar espanto”. Han pasado 50 años y su mensaje es más necesario que nunca. Lujuria ha querido lanzar esa pregunta al mundo. ¿Cuántos somos en total? ¿Cuántos van a tener que matar en miles de estadios por el mundo los fascistas si quieren imponer sus ideas?
Después de la pandemia mundial, Lujuria tuvo la necesidad de poner sobre la mesa la pregunta de Víctor Jara. Quisimos hacer una canción con ese poema. Por entonces, Cesar de Frutos, “El Oso”, nuestro antiguo batería y compositor, había vuelto a trabajar con Lujuria. Si algo teníamos claro es que, después de una pandemia, después de las cosas que estaban pasando en el mundo, después de 33 años de historia como grupo, no íbamos a hacer “un disco más”. El cuerpo nos pedía otra cosa. Nos pedía compromiso. Nos pedía volver a los tiempos de “…Y la yesca arderá” donde dimos una vuelta de tuerca más a nuestro compromiso con la libertad, compromiso que asumimos desde la primera maqueta. “Hagamos un disco completo en memoria de Víctor Jara y hagámoslo a ritmo de Heavy Metal” nos dijimos.
Lo tuvimos claro. Fueron meses, al final años, de trabajo y de contactos. Porque esto tenía que llegar hasta la familia de Víctor Jara y tener su permiso. Nos ha ayudado mucho la fundación Víctor Jara y su presidente, Cristian Galvaz. Nos ha ayudado mucho Eduardo Carrasco, el miembro fundador de Quilapayún que aún permanece en la banda.
Faltaba aun un detalle. La implicación de músicos latinoamericanos. Internacionalizar y hermanar este grito. Y no tardaron un segundo en decirnos “si” nuestros hermanos Christian Bertoncelli de Renacer desde Argentina y Pascual Meza de Khafra desde México.
El trabajo irá acompañado de un libro donde se cuenta la vida de Víctor Jara y saldrá en vinilo. Hemos llamado al formato “Librinilo” y sale con Desacorde Ediciones, la editorial que publica los libros de Óscar.
Mi canto es una cadena
Sin comienzo ni final
Y en cada eslabón se encuentra
El canto de los demás.
(Víctor Jara)